Estadística

jueves, 3 de febrero de 2011

amada mía, de azufre y poesía...

Ella. Él sólo tenía ojos para ella. Era tan jodidamente bonita, que dolía cuando la miraba. Pero dolía de esa manera extraña, dolía de una manera que le gustaba. Era altiva, orgullosa, fría. No amaba a nadie, ni se interesaba por nada. Irradiaba un aire distante y extraño, tenía un aura de magnetismo bestial. "Mi ángel caído". Un ángel roto por dentro, destrozado a base de pequeños golpes. No confiaba en nadie. No quería a nadie. No sabía amar. Él lo sabía, e intentó demostrarle lo que valía. Falló, como todos los que lo intentaron.

Y ella, sigue sola y muerta por dentro. Fría. Y sola.

1 comentario:

  1. uff que desgarrador, se te encoge el pecho al leerlo, cuanta expresividad en un solo párrafo.

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