Estadística

miércoles, 15 de diciembre de 2010

Seriefilia (III)



Si no habéis visto la serie y tenéis intención de hacerlo, no sigáis leyendo; si no habéis visto la serie y no tenéis intención de hacerlo, leed; y si habéis visto la serie, lo siento desde ya por no hacerle justicia con este mediocre artículo.

Llevaba varios días divagando y seleccionando series sobre las que escribir. Algunas muy simples para hablar de ellas, otras sin interés. Hay otras de las que es difícil hablar, y después de éstas, LOST. Escribir sobre Perdidos es tan complejo que no voy a poder abarcar, ni de lejos, lo que esta serie significa, pues no necesitaría simplemente un par de entradas más, sino un blog entero. Aún así, espero poder hacer algo medianamente interesante sobre la que fue, es, y será la serie que cambio el rumbo de la televisión americana (Twin Peaks, perdóname).

2004. ABC se pone las pilas, y estrena varias series alejadas del patrón del momento. Muy serializadas (lejos de los procedimentales que se llevaban, y se llevan), con protagonista múltiple (no hay héroe o protagonista único) y con una calidad y una factura muy cuidadas. El hecho de que una serie tuviera varios protagonistas o hiciera uso de cliffhanger no fue ni mucho menos una invención del 2004, pero fue este el año del boom de la nueva generación de series. Entre éstas, la infravalorada Desperate Housewives, el culebrón Grey’s Anatomy, o la que nos ocupa, LOST.



La trama es ya sabida. El vuelo 815 de Oceanic, dirección Sidney – L.A, se estrella en algún lugar del Océano Pacífico. 42 supervivientes en una isla desierta. Pronto descubren que no es una isla cualquiera, y que nadie es quien dice ser. Y a partir de aquí: escotillas, humo negro, Dharma, electromagnetismo… Cada capítulo nos cuenta la historia de algún personaje, quiénes son, cómo son, y lo más importante, por qué han cogido el vuelo.

2005. Comienzo a ver la serie. Mis 13 años y yo quedamos asombrados. Yo, porque estaba descubriendo algo que jamás había visto; mis 13 años porque siempre habían soñado con perderse en una isla y vivir mil cosas raras.

Tras el visionado de los tres primeros capítulos, no es que me enganchara, es que esta serie me hipnotizó. Fui capaz de ver más de ocho capítulos en un día, y la primera temporada me la comí enterita en menos de una semana. Si hay un capítulo que recuerdo como algo más allá de la perfección es el 1x18:Números. Por primera vez en mi vida (vale, no era difícil) algo consiguió llamar mi atención hasta tal punto que nunca pude separarme de ello. El final de este capítulo es simplemente una obra maestra, y aquí empezó todo. Ya sabéis: 4, 8, 15, 16, 23, 42.



La segunda temporada llegó, resolviendo los misterios de la primera. ¿Qué cojones hay en la escotilla?¿Qué le ha pasado a Walt? En esta temporada aparecen nuevos personajes, los de la sección de cola del avión. Aparecen por primera vez Los Otros, que se llevan al pobre niño negro. La temporada fue flojilla, a mi opinión la más floja de toda la serie. Las audiencias llegaron a 22 millones de espectadores, y poco a poco la cosa fue cobrando interés, hasta llegar al 2x20:Dos en la Carretera. Comparable al shock que viví en su día con el 1x18. Aquí, así de golpe, el padre de Walt mataba a dos protagonistas, y el capítulo terminaba con él pegándose un tiro. Tuvimos que esperar poco para descubrir sus intenciones. La Season finales fue simplemente acojonante: Kate, Jack y Sawyer son capturados por los otros, el cielo se vuelve púrpura (sí, sí, como lo leéis), la escotilla salta por los aires, Walt y su padre, Michael, salen de la isla, y lo más importante: sabemos porqué se estrelló el vuelo 815. La imagen final de la temporada muestra a dos hombres en un laboratorio de la Antártida. Reciben una señal, y llaman por teléfono a alguien. “Señora, creo que lo hemos encontrado” dicen. Este alguien es Penny, la novia de Desmond, habitante de la escotilla, y ambos piezas claves dentro de la serie.

Llegó la tercera temporada. Comenzó con 18 millones, y con 19 millones de espectadores se fue al parón (un parón tras seis capítulos emitidos, que nos hizo esperar cuatro meses para disfruta de nuevo de Perdidos). Volvió, con 14 millones de espectadores. ¿Por qué? La tercera temporada hizo mucho daño a Lost. Tras emitir tan pocos capítulos, hacer un parón de tanto tiempo alejó a muchos espectadores. Pero aún así, esta es mi temporada favorita. Tiene capítulos sublimes, descubrimos cómo Locke se queda en silla de ruedas (terrible), y aquí está el mejor capítulo de la historia de Perdidos (fans, perdonad). “A través del Espejo” es un ejercicio visual acojonante, dirección exquisita, actuaciones aún mejores, y un guión que sobrepasada el límite de lo perfectamente realizado. Descubrimos en este capítulo que el flashback que creíamos no es tal: es un flashforward. Nos muestra a Jack en el futuro, fuera de la isla, desesperado por volverla a encontrar. Se reúne con Kate. “¡Tenemos que volver!”, dice él. “Me voy Jack, él me está esperando”. Y la pantalla en negro nos muestra las letras de LOST.

SIMPLEMENTE IMPRESIONATE. Sabemos que han salido de la isla, que Jack está desesperado por volver. ¿Qué es esto? A los guionistas definitivamente se les fue la cabeza, y la audiencia se estabilizó en unos 11 millones de espectadores. Mucha gente desistió de verla, pero otros muchos nos enamoramos aún más, y seguimos ahí hasta el final de la serie.

Las siguientes temporadas nos cuentan cómo salen de la isla, quiénes salen (sólo son seis, los Oceanic Six), cómo estos se convierten en personajes mediáticos, el poder de la isla, qué es la isla, saltos en el tiempo, cómo vuelven a la isla (sisi, que vuelven), y muchas muchas muchísimas cosas más, que, como ya he dicho al principio, son imposibles de resumir aquí.


Y sí, soy de esos a los que el final les resultó decepcionante. No respondieron nada, y optaron por el camino fácil. A esas alturas, sabíamos que mil y un enigmas iban a quedar sin resolver, pero ese final no es digno de la serie (para todos los que hablan sin saber, aun estando terminada la serie, NO están todos muertos, y la isla NO es el purgatorio).

La serie hay que verla entera, desde el primer capítulo hasta el último, para poder juzgarla. Tiene sus más y sus menos, pero es algo mágico, algo que ha convertido las series de televisión en un fenómeno de masas, que ha movilizado a millones de personas por todo el mundo, y que consiguió que el final de la serie fuera emitido de forma simultánea en multitud de países del mundo. LOST, queramos o no, ha creado escuela.


Hablar de Perdidos es hablar de genialidad, de magia, de personajes medidos al milímetro y cojonudamente construidos, de Ben Linus, de John Locke; es hablar de escotillas, de ciencia, de Dharma, de 4, 8, 15, 16, 23, 42,de mitología, mucha mitología; es hablar de aviones, de números, de flashbacks, de historias, de llorar como nunca has llorado, de acojonarte como nunca te has acojonado; es hablar de teorías, de foros, de Internet, de fenómeno global. Qué cojones, hablar de Perdidos es hablar de la mejor serie de todos los tiempos.



Hasta siempre.


2 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo contigo! Gran Serie. La ficción no es la misma después de Lost. Los mejores personajes de lo que va de siglos son de esta serie. Desmond me sigue fascinando. Y desde que Lost termino hay un vacio dentro de mi que ninguna serie ha podido llenar...

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  2. Y yo totalmente de acuerdo contigo jaja. Lo es y siempre será "La Serie".

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