Estadística

domingo, 26 de diciembre de 2010

De escalofríos y reacciones químicas.

Acabo de leer una entrevista de Eduardo Punset a la científica Helen Fisher, que ha conducido un estudio sobre la evolución, la expresión y la ciencia del amor. No es que me haya sorprendido mucho, ya había leído otros artículos relacionados con este tema. Aun así, me ha parecido interesante.

Os dejo una parte de la entrevista:

EP:

¿Y qué le sucede al cerebro de los mamíferos cuando están realmente locos de amor?

HF:

Hallamos actividad en muchas partes del cerebro, pero las dos cosas más importantes fueron la actividad en una pequeñísima fábrica que hay cerca de la base del cerebro, llamada el área ventral tegmental. Y lo que hace esa fábrica es producir dopamina, un estimulante natural: un estimulante que proporciona sensaciones de plenitud, euforia y cambios de humor.

EP:

Pero, realmente, ¿es todo química?

HF:

Yo tengo que decirles que sí, que todo es química. Cada vez que producimos un pensamiento, o tenemos una motivación, o experimentamos una emoción, siempre se trata de química. Sin embargo, se pueden conocer todos y cada uno de los ingredientes de un pastel de chocolate, pero todavía nos gusta sentarnos y comerlo. De la misma manera, podemos conocer toda la química que hay detrás del amor romántico –todavía no la conocemos toda, pero estamos empezando a conocerla en parte- y todavía ser capaces de captar toda su enorme magia.


Cuando uno lee estas cosas, se siente como un niño al que acaban de decirle: “Los Reyes Magos no existen”. Esto me recuerda un poco al famoso debate “ciencia vs religión”. Y por mucho que me duela, casi siempre gana la ciencia. Poco a poco voy perdiendo la ilusión de que haya algo más. Parece que toda la realidad pueda reducirse a unos cuantos números y letras, una teoría por aquí, una constante por allá, y listo.

¿Y yo? ¿Qué hay de mí? ¿Qué hay de todo eso que a mí me parece crucial, que yo vivo con tanta intensidad, aquello en lo que me va la vida? Fórmulas. Nada más.

Por eso me parece tan tediosa la ciencia. Es necesaria, por supuesto, y admiro a todos los que deciden dedicarse a ella con pasión y logran aportarnos tanto. Gracias a ellos hemos llegado a donde estamos (aunque no me parezca el mejor destino).

Sin embargo, he decidido mirar la vida desde otra perspectiva, y me he decantado por las “humanidades”, es decir, por el estudio de la “naturaleza humana”. No el estudio biológico, sino el estudio de algo que está más allá. O quizá más acá. Es algo más cercano, más… ¿natural? No lo sé. Sólo sé que es algo que, a mi juicio, tiene mucho que ver con la solidaridad, o con esa “rabia positiva” de la que hablabais. O con esa sensación que te produce reírte con alguien –nada de células espejo- , llorar de emoción –nada de manganeso y ni hormonas prolactinas- , besar –nada de dopamina ni oxitocina- , o sentir un escalofrío cuando te acarician – nada de contracciones y relajaciones musculares rápidas-.

Prefiero quedarme en el “qué” y no indagar en el “por qué”. Prefiero quedarme con que la vida es “la fuerza o actividad interna sustancial, mediante la que obra el ser que la posee” antes que “el espacio de tiempo que transcurre desde el nacimiento de un animal o un vegetal hasta su muerte”. ¡Prefiero vivir!

PD: Si queréis leer la entrevista entera, está en http://www.eduardpunset.es/427/charlas-con/la-quimica-del-amor.

4 comentarios:

  1. Jajajajajajaja!! Muy buena, clara!! Toda la razón. Mejor quedarnos con el fin que con el medio. Mejor quedarnos con lo que nos queda de la reacción, lo que sentimos, que con el CÓMO, que le quita toda la gracia, la miga, la magia... Hagamos el amor, no las fórmulas.

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  2. Genial clara, yo antes veía redes, pero empezó a salir el Dalai Lama y programas que de científicos poco tenían y dije ¿qué mierda es esta? Y buscando descubrí que muchos investigadores y universidades le han acusado de fallos y de invitar a personajes que no hacían mas que pseudociencia. De hecho el tío es economista, no científico.

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  3. Yo creo que las ciencias naturales sirven, pero la especialización es tan alta que solo comprendes un fragmento mínimo del mundo. Nosotros periodistas, para entender el mundo ¿nos sirve la biología y la geología? ¿o nos son más útiles la sociología, la antropología, etc? Las ciencias sociales son menos "científicas", porque el objeto estudiado y el investigador son los mismos (el ser humano), pero tienen la virtud de dar visiones de conjunto. Si yo pregunto ¿Qué es el hombre? Que me contesten que un montón de células no me sirve de nada.
    A mi me hace gracia cuando uno dice "los de ciencias dominaremos el mundo", yo pienso: "podrá saber astrofísica y cómo se mueven los mundos, pero ¿sabrá cómo funciona SU mundo?"

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  4. A mi me hace gracia cuando uno dice "los de ciencias dominaremos el mundo", yo pienso: "podrá saber astrofísica y cómo se mueven los mundos, pero ¿sabrá cómo funciona SU mundo?"

    No, eso no lo sabrá... :)

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