Me intentas morder como si de una jugosa pieza de carne me tratase.
Necesitas arañar, morder o ir más rápido para desahogarte.
Me muerdes y me miras con ansias.
Te sigo el juego, dejo al descubierto parte de mi piel, pero no te voy a dejar morder.
Lo sabes. Sé que no lo harás. Pero quieres.
Te tiento y te hago rabiar, hago que me enseñes los dientes.
Te recrimino los arañazos en mis brazos.
Estoy cansada de llamarte estando de pie, prefiero esperarte sentada en el suelo.
Corres hacia mí sonriendo y sin quitarme la mirada.
Te acaricio y consigo que sigas sin morderme, aunque sea de modo juguetón.
Te tiras sobre mí haciéndome perder el equilibrio y tirándome en el suelo.
Pasas tu boca cerca de mi cara y me aparto, aunque sea solo para picarte.
Nos gusta estar juntos, cariñosos, jugando, acariciándote, intentando morderme… y consiguiéndolo esta vez.
Me enfado y te digo que no lo hagas, que pasan los arañazos, pero no más.
Los mordiscos, incluso los suaves, son difíciles de ocultar y todo el mundo me los verá.
Aunque sea un juego, una broma cariñosa, no quiero que te acostumbres a dejarme marcas.
Me miras con ojos grandes y tristes, pidiéndome perdón así.
¿Cómo no te voy a perdonar si eres de lo que más quiero en este mundo?
¿Cómo me voy a enfadar contigo más de dos minutos si eres prácticamente quien mejor me comprende creo yo, quien siempre me escucha da igual el día y la hora en la que necesite desahogarme?
No puedo enfadarme contigo de modo alguno por el hecho de que me muerdas…eres joven, vivaracho y juguetón, a fin de cuentas, eres un perro.
Jajajajajajajajajajajajajajajajajajajaja
ResponderEliminarMe he dado cuenta de que era una perro casi al principio, pero sé que es porque mi entrada sobre esto también iba de un perro :) si no, para nada!
Yo he dudado y me lo han delatado los arañazos, pero aun así te sorprendes, que dominio de la ambigüedad
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