Estadística

lunes, 6 de junio de 2011

La rendición es la demencia

Cuando se les va a meter en la cabeza que no quiero ser un profesional. Solo quiero ser una persona, no quiero trabajar, sufrir, lograr y ganar, solo aspiro a vivir, comer, fumar, beber, follar, amar, y disfrutar. No quiero un contrato con mi empresa, quiero un acuerdo con la vida. Quiero luchar para cambiar el mundo, quiero apartarme del camino para fumar con los ojos cerrados. Quiero poder olvidarme de todo. mientras te miro a los ojos. Quiero hacer algo con mi vida, y ese algo es disfrutar del combate por mejorar la vida de mis hermanos. Es una mierda golpearse la cabeza contra un muro, pero es la mierda que más me sube

Podría relajarme y escribir sobre las mentiras de ilustres personajes, construir una meteórica carrea que me lleve un sitio alto desde el que el salto sería mortal, pero prefiero mover mis manos para escupir pensamientos inconexos , porque sigo teniendo la mente colapsada, y las palabras enquistadas en el alma, porque sigo considerándome más escritor que periodista; porque yo no creo nada, solo paso lo real por mi mente perturbada.

Hace demasiado tiempo dije: “No quiero tener, quiero ser, no quiero alcanzar, quiero sentir” y me mantengo firme en mis palabras, azotado por vientos de una realidad imaginariamente construida que me grita con sosiego que deje de hacer el gilipollas, que yo no soy ningún mesías, solo un joven idealista alcoholizado, un demente medio tarado, poseedor de una de las muchas mentiras de este mundo. Y no les quito la razón, solo soy un nuevo mentiroso, que vomita tinta en un ordenador, que sabe que no sabe y que grita para que el eco confirme sus palabras.

Pero estas mentiras son mi verdad, no la impongo, la regalo, o la cambio por una alfombra ensangrentada. Quizás mañana me traicione, pero volveré del desierto mas cabreado y más humano.

Esta guerra no la pudo perder, porque soy lo que soy y no la puedo cambiar, perderé batallas, me sangraran las manos, hare concesiones, y me dejaré joder, pero nunca me rendiré, porque la rendición es la demencia, la supresión de mi persona, la cordura impuesta con garrotes, la perdida de mi eterna insensatez.

1 comentario:

  1. Tremendo, muy de acuerdo en casi todo. Respecto a ser un profesional, una mera mercancía en manos de alguien, por eso digo lo que dije en mi estado: "Ah, periodista, ¿cómo Ana Pastor y Gabilondo? No, como John Reed y Galeano".

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