Estadística

viernes, 18 de febrero de 2011

Educación deficiente

Un buen tema se ha tocado en el anterior post: la educación. He aquí un buen tema para poder retomar mi actividad de pésimo y ocasional bloguero, que llevo semanas inactivo.

Sin duda es un horror lo que le esta pasando a la educación de este país. Una situación que se lleva arrastrando desde hace largos años, desde nuestra generación, y seguramente también la anterior. No voy a hablar de los recortes presupuestarios para la educación ni de la anulación a las convocatorias de oposiciones en algunas comunidades autónomas de nuestro país. Un tema importantísimo, no lo niego. He de decir que recortar en educación significa recortar en futuro. Aparentemente, lo que ahora prima no es nuestro porvenir, sino los números que nos representan como país en los mercados internacionales, y si eso significa acabar con la educación, pues adelante.

No. Vengo a hablar de la deficiente educación que reciben en el día hoy las nuevas generaciones. ¿Por qué deficiente? Pues porque el Estado es el único ente que educa a nuestros hijos. “Pero, ¿para eso está, no?”. Sin duda alguna, para eso está, pero como bien he dicho, es el ÚNICO. Los padres se desentienden completamente de educar ellos mismos a sus hijos. “¿Para qué? Si ya están las escuelas para eso, ¿no?”. Y dentro de unos años, esos mismos padres, frustrados, se hacen otras preguntas: “¿Por qué mi hijo no me hace caso?”, “¿Por qué mi hijo ha caído en el mundo de las drogas?”, “¿Cómo se atreve mi hijo a levantarme la voz?”, “¿Por qué mi hijo no tiene respeto a nada ni a nadie?”. La respuesta es bien sencilla: se ha dejado que el Estado eduque desde cero a su hijo o hija. La tendencia actual es que sea en las escuelas donde un individuo se forme como persona, adquiera una serie de valores y maneras de conducta y no en casa. Hoy los padres no desempeñan prácticamente ningún papel en la educación de sus hijos, mas que el de cajero automático, y no poseen responsabilidad alguna en lo que a educación se refiere, o no quieren poseerla.

Hay otra cosa. Muchos padres no saben decirles “no” a sus hijos. El no saberles negar cosas significa que no se les imponen límites, prohibiciones. Muchos padres optan por taparle la boca al crío con un juguete para que deje de llorar. Y una vez que se cae en esa trampa, ya es imposible salir. Al primer llanto, los padres están allí para satisfacer los caprichos de sus hijos. Y luego nos quejamos de la sociedad consumista y egoísta en la que vivimos. Jamás he sido partidario de soluciones de “borrón y cuenta nueva” pero, sin duda, es un problema que se arrastra desde largas generaciones. Si queremos cambiar la sociedad, empecemos por la futura generación. Para empezar, planteémonos amar a nuestros hijos. Que triste es ver como los padres envían cada año a sus hijos a un campamento de verano para quitarselos de encima. ¡Claro que sí! Eso si que es demostrar cariño y amor por tu hijo. Si no se quiere tener hijos, si no se está dispuesto a sacrificar la vida por ellos, será mejor plantearse en no tenerlos siquiera.

Si hay que buscar culpables para explicar nuestros problemas sociales, yo los encuentro en los padres y en nuestro sistema educativo que les arrebata a los hijos de las manos de sus padres a la tierna edad de los 3 años. Hablar de CÓMO educa el Estado es otra cuestión, la cual me la guardo para un futuro.

Espero crear polémica como siempre.

4 comentarios:

  1. Estoy de acuerdo a medias... los padres no han recibido una buena educación por lo que tampoco saben darla. El ideal al que hay que aspirar es a que sean capaces de hacerlo algún día, pero para ello y hasta entonces es el estado quien debe suplir las deficiencias en educación que hay en la familia.

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  2. Creo que exageras, por un lado está lo que dice Alba, el Estado debe dar educacion a todos, y eso es una forma de reducir desigualdades. Por otra parte, creo que los padres son los que tienen que educar a su hijo en valores, pero dandole la libertad de formarse su propio criterio. Esa capacidad de formarse el propio criterio es lo que deberia incentivar la educacion publica, pero como decia Alba en el anterior post, se ha borrado el espiritu critico.

    No deberia hablar de como debe educar un padre porque me parece lo más difícil del mundo, pero se debe buscar un término medio entre el modelo autoritario oriental (y el nuestro hace poco) y el modelo laissez faire (dale todo, dejale hacer todo) de la civilización occidental.
    Lo curioso es que el modelo autoritario consigue mejores éxitos académicos...y mayor número de suicidios, mirar Finlandia, Japón, etc.

    Se debe ser permisivo, pero marcando limites. No sobreproteger al hijo, para que pueda también fallar, aprender de sus errores y asi evitar la frustracion que sufren los niños mimados. Y los límites son límites, hay determinadas reglas que hay que seguir, asi es la convivencia. Ya intentare subir algo xk fui hace poco a una charla de educacion y familia.

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  3. Aquí el problema es la diferencia entre EDUCACIÓN e INSTRUCCIÓN. Educar, educan los padres en casa según los modelos sociales, valores (sociología power), exxperiencia, etc. Instruir, instruyen los profesores en el colegio, te enseñan conocimientos que sin duda por tu cuenta no podrías tener y quizás tus padres no te puedan dar. Los dos fallan por diferentes razones que no tienen por qué ser las mismas.

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  4. Sí, pero la escuela también debe educar en valores, para favorecer la convivencia, si fuésemos simples reflejos de nuestros ancestros nos mataríamos en guerras civiles y cruzadas de religión, la escuela nos enseña valores de convivencia, a respetar los valores de otros, valores que no tienen porqué ser los nuestros.

    Piensa por ejemplo, en los inmigrantes que llegan desde culturas distintas, la familia les dará unos valores. La escuela les permite intregarse (o debería).
    Y matizo, integrarse es aprender a convivir con los demás, sin tener porqué perder un ápice de los propios valores o la propia identidad.

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