Estadística

domingo, 12 de diciembre de 2010

Einstein: Ese judío rojo y despeinado. (Parte 2)


Einstein también explicó su postura en una autobiografía.


Aqui estoy, dispuesto a escribir, a la edad de sesenta y siete años, algo asi como mi propia necrologia. [...]

Siendo todavia un joven bastante precoz me percate vivamente de la futilidad de las esperanzas y anhelos que persiguen sin tregua a la mayoria de los hombres a traves de la vida. Pronto descubri, ademas, la crueldad de esa persecucion, que en aquellos años estaba encubierta mucho mas cuidadosamente que hoy por la hipocresia y las palabras deslumbrantes. La mera existencia del estomago condenaba a cada cual a participar en esa persecucion. Ademas, tal participacion hacia posible satisfacer al estomago, mas no al hombre, en tanto que ser pensante y sentiente. Como primera salida estaba la religion, implantada en todos los niños por medio de la maquina tradicional de la educacion. Asi fue como llegue -Pese al hecho de que era hijo de unos padres (judios) completamente irreligiosos- a una onda religiosidad, que sin embargo, alcanzo un abrupto fin a la edad de doce años. A travez de la lectura de libros de divulgacion cientifica alcance pronto la conviccion de que mucho de lo que decian los relatos de la Biblia no podia ser cierto. La consecuencia fue una mentalidad librepensadora rayana en lo fanatico, unida a la impresion de que el Estado miente intencionadamente a la juventud; fue una impresion demoledora. De esta vivencia nacio un sentimiento de recelo contra cualquier clase de autoridad, una actitud esceptica frente a las convicciones que prevalecian en cualquier medio social especifico, una actitud que ya jamas volveria a abandonarme , aunque mas tarde, perdio algo de su primitiva virulencia.

Se muy bien que el paraiso perdido de la juventud, perdido de esta forma, fue un primer intento de liberarme de las cadenas de lo meramente personal, de una existencia dominada por deseos, esperanzas y sentimientos primitivos. Ahi afuera estaba ese inmenso mundo que existe independientemente de los hombres y que se alza ante nosotros como un eterno y gran enigma, al menos parcialmente accesible a la inspeccion y al pensamiento humanos. La contemplacion de este mundo actuaba como una liberacion, y pronto observe que mas de un hombre a quien yo habia llegado a estimar y admirar habia encontrado la libertad y seguridad internas a traves de una devota dedicacion a el. La aprehension mental de este mundo extrapersonal dentro del marco de las posibilidades existentes flotaba, medio consciente, medio inconscientemente, como la mas alta meta ante los ojos de mi mente. Hombres -del presente y del pasado- con motivaciones similares, junto con las ideas y concepciones por ellos logradas, eran amigos que no podian perderse. El camino a este paraiso no era tan comodo ni tan seductivo como el camino al paraiso religioso, pero ha demostrado ser digno de confianza y nunca me he arrepentido de haberlo escogido. [...]


Otras citas curiosas:

"Si supiese que es lo que estoy haciendo, no lo llamaría investigación, ¿verdad?"

"Sólo hay dos cosas infinitas: el universo y la estupidez humana. Y no estoy tan seguro de la primera"

"Todos somos muy ignorantes. Lo que ocurre es que no todos ignoramos las mismas cosas"

"¡Triste época la nuestra! Es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio"


Y una cita para Astrid:

En la última etapa de su vida, Einstein mantuvo una dieta vegetariana. Según él, el vegetarianismo revestía una gran importancia para la humanidad, como puede apreciarse en algunas de sus citas sobre el tema:


"Nada incrementaría tanto la posibilidad de supervivencia sobre la Tierra como el paso hacia una alimentación vegetariana. (...) Ya sólo con su influencia física sobre el temperamento humano, la forma de vida vegetariana podría influir muy positivamente sobre el destino de la humanidad."



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